Nuevamente el espectro político ronda en el umbral del proceso electoral del año 2021, que ya se inició en septiembre del presente año. Todo se vincula con la partidocracia por demás viciada, por cierto, ahora, más en MORENA, que no sale del atolladero, pues a esta fecha, el partido en el poder no responde a la confianza de los 30 millones de ciudadanos que votaron por la Cuarta Transformación de México, la 4T, que parece venirse abajo.
Pues sí, la verdad, el momento histórico no está para bollos ante la corrupción que existe en la dirigencia de MORENA, en el que han surgido dos grupos que se disputan el poder del Comité Nacional de este organismo político que llevó a la presidencia de México a Andrés Manuel López Obrador.
En este tenor los diputados federales de MORENA, Mario Delgado Carrillo y Porfirio Muñoz Ledo, el primero es el presidente de la Junta de Coordinación Política de la Cámara de Diputados (JUCOPO) y el segundo ex presidente del Congreso, no están dispuestos a llegar a un acuerdo mucho menos ceder en el resultado de las encuestas para la presidencia del Comité Nacional de MORENA.
Ambos son contendientes a la dirigencia del partido morenista, solo que las encuestas les dieron empate técnico: Porfirio Muñoz Ledo con 25.34 por ciento de las preferencias y Mario Delgado con 25.29 por ciento, lo que le da el triunfo a Muñoz Ledo por 0.5 décimas, no obstante, el Instituto Nacional Electoral (INE) les dio empate técnico.
Mario Delgado jugó rudo y con la ventaja, que siendo el coordinador de la Cámara de Diputados, que le da todo el poder político, hizo su campaña a nivel nacional en busca de la preferencia ciudadana para llegar a la presidencia de MORENA, con todo el presupuesto necesario, según, Porfirio Muñoz Ledo, dice, que utilizó dos mil millones de pesos de la LXIV Legislatura Federal, además de ser el candidato institucional con la presunta venia del presidente López Obrador, aunque este lo niegue, pero sí, hay síntomas de la mano del gobierno federal.
Y es que el INE, no le dio el triunfo a Muñoz Ledo, un viejo político de izquierda de mucha experiencia, combativo, dentro de la propia disidencia porque no cuaja con el modo del presidente, quien ha reiterado, que no es el jefe de jefes, además es respetuoso con los Poderes del Estado: Ejecutivo, Legislativo y Judicial.
Si el Ejecutivo ya sometió al poder Legislativo y Judicial, que no será a su partido MORENA. En tanto, en el caso de la elección del Comité Nacional de Morena, van al desempate y por consiguiente a una tercera encuesta para ver si queda Mario o Porfirio, sin embargo, el mismo Muñoz Ledo, advierte fraude en su contra, que de hecho ya lo hubo con el empate técnico que dictaminó el INE.
La situación es crítica en los partidos políticos de la vida nacional- PRI. PAN, PRD, PT, PVEM y Movimiento Ciudadano, pero más en MORENA, en donde se supone abierta democracia, legalidad, cordura, capacitación política y miras de altura por ser el partido en el poder y por supuesto para llevar adelante a la Cuarta Transformación de México.
Sin embargo, resulta todo lo contrario, MORENA, no es un partido cohesionado, sólido, compacto y con luz propia, pero sí, es un botín de tribus, más que todo cosmopolita, conformado con la mayor parte de lo que fue la militancia del Partido de la Revolución Democrática (PRD), pero también los hay del PAN, del PRI y de otros partidos cobijados por MORENA.
Por supuesto que todo esto ha impedido la integración de MORENA en un partido afines a la política anti neoliberal del presidente López Obrador, quien se justifica por el combate a la corrupción, a la impunidad, a la austeridad republicana y a la igualdad social.
Eso sí, los grupos de supuestos morenistas, los que ya están viendo es su futuro mezquino, incluso, para llegar a los puestos de elección popular para el año 2021: diputaciones, gubernaturas y hasta para la presidencia de México para el año 2024 en sustitución de López Obrador, por tanto, quieren la mesa puesta, más bien “caridad y pan de manteca”, ni trabajan ni dejan trabajar.
Morena no es partido sin el presidente López Obrador. La fuerza y el motor es el presidente, además, porque la mayoría de diputados, senadores y los seis gobernadores que tiene MORENA llegaron al poder por la fuerza electoral del ahora gobierno federal.
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