Mario CASTELLANOS ALCAZAR
Tal parece que la “primavera de Oaxaca”, lema del gobernador Salomón Jara Cruz, desde su campaña electoral- y ya- como Ejecutivo, emanado de MORENA, se rompió por los hilos más sensibles, afectando a la educación de los oaxaqueños, toda vez, que la Coordinadora Nacional de los Trabajadores de la Educación- CNTE- le ganó la batalla al naciente gobierno estatal.
Cierto- es que los 85 mil trabajadores de la educación en Oaxaca- entre docentes, administrativos y manuales mostraron su músculo combativo e invencible, que se habían quedado dormidos en el sexenio del ex gobernador priista, Alejandro Murat Hinojosa- y en un abrir y cerrar de ojos- doblaron al Gobierno Estatal y al Federal- y por supuesto- botaron por la borda- la nueva Reforma de la Educación Indígena.
El magisterio oaxaqueño- disidente- volvió a reactivar su movimiento magisterial democrático, el mismo- que nació en el año 1980, cuyo bastión de lucha es y seguirá siendo Oaxaca- en donde la CNTE- tiene su fuerza toral- y por tanto- cuando parecía, que todo estaba quieto y en paz, doblegados por el gobierno de la Cuarta Transformación- la 4T- Salomón Jara, fe noqueado, al no interpretar la política de los maestros.
El porrazo de la CNTE- no fue solo para el Gobierno Estatal, sino más bien- para el Federal, propiciado tácitamente por el Ejecutivo de Oaxaca, que- por su noviciado, no supo o no pudo mantener la calma de los maestros- o incluso- canalizar el pliego de más de 40 demandas del magisterio oaxaqueño, pues- si bien, la mayoría de estas corresponden al Gobierno Federal, es función del mandatario local encausar las peticiones de los disidentes para evitar un levantamiento magisterial.
Pero no fue- así- la insurgencia magisterial encabezada por la Secretaria General de la Sección 22 del Sindicato de Maestros- por la maestra indígena de la región mixe- Yenny Pérez Martínez- le marcó el alto- al Gobierno Estatal y de refilón- al Gobierno de la 4T, por tanta indiferencia y el abandono a las demandas del magisterio, más en Oaxaca, en donde el gobernador, desde su campaña electoral había denostado a los educadores de ser los responsables del bajo nivel educativo.
De antemano- el Gobierno de la 4T- había decretado una reforma en materia de educación indígena, cuyo subsistema- dejaría de ser parte de la Secretaria de Educación Pública (SEP)- y por decreto presidencial pasaría a ser administrada por Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI), violando derechos laborales del personal docente y administrativos.
Por supuesto- en las primeras de cambio- y la presión de la disidencia magisterial, este asunto- llegó hasta el Palacio Nacional, de manera altanera y subversiva- con los ánimos caldeados por los disidentes, cuando el gobernador de Oaxaca, Salomón Jara, bien pudo- ser el intermediario para llevar la fiesta en paz, pero lejos de actuar con diligencia, lo hizo, echando más lumbre a la hoguera.
En menos de lo que canta un gallo, el Gobierno de la 4T derogó su decreto de transferir la educación indígena al INPI, pues quedará en manos de la SEP- como venía siendo, lo que evidencia al gobierno de Oaxaca, quien perdió bonos políticos, por lo que a partir de hoy- queda postrado en las rodillas de la insurgencia magisterial.
Mientras tanto- los maestros de Oaxaca- se mantuvieron en plantón y paro con el 80 por ciento de la membrecía de los maestros y administrativos- en el primer cuadro de la capital oaxaqueña- y a principios del mes de junio- determinarán si se van al paro indefinido- según- la resolución a las demandas laborales, salariales, técnicas y administrativas en cada uno de los niveles educativos.
Es de todos conocido, que la educación- en Oaxaca- mantiene un rezago histórico, que ha mantenido a la educación en uno de los niveles más bajos a nivel nacional- mientras tanto- el Gobierno del Estado- ha perdido la brújula, pues en lugar de apagar el fuego, le echa más combustible.
Desde su conferencia a los medios de comunicación- de los lunes, el mandatario oaxaqueño, lanzó, que todo anda mal en la educación, culpando al ex gobernador priista, Alejandro Murat Hinojosa- de haber dejado una estela de corrupción- y de haber sobornado a los ex dirigentes de la Sección 22 del SNTE, con prerrogativas para mantenerlos pasivos.
Señalando con índice de fuego al ex Secretario General de la Sección 22- Eloy López Hernández -y al de Organización- Genaro Martínez Morales, de haber recibido prebendas- desde el partido de Regeneración Nacional (MORENA), esto es, diputaciones y presidencias municipales para sus allegados.
Además- de recibir dobles sueldos -y más privilegios, hasta haber ocultado un presunto fraude de los 73 millones de pesos por concepto de recuperación del impuesto sobre la renta de los maestros, ente otras corruptelas- y sí- puede ser, pero no es el momento de sacar los trapos al sol- en plena efervescencia magisterial, pues esto- calienta más las calderas en su contra.
carloscastellanos52@hotmail.com