Mario CASTELLANOS ALCAZAR.
La ebullición política electoral en Oaxaca está en su clímax, por la gubernatura que dejará el gobernador, Alejandro Murat Hinojosa el 31 de diciembre del año 2022.
El proceso electoral se ha iniciado con no menos de 20 aspirantes a la candidatura para gobernador de Oaxaca; prevalece una lucha interna entre partidos y aspirantes, la mayoría de MORENA, partido que tiene la preferencia electoral por encima de la virtual coalición “Va por México” integrada por el PRI, PAN y PRD.
Incluso, no se descarta, que el mismo gobernador, Alejandro Murat Hinojosa- (PRI)- pudiera pedir licencia después de su Quinto Informe, que rendirá el 15 de noviembre del presente año, en medio de una gran efervescencia y suspicacias, al promoverse para formar parte del gabinete del presidente de la Cuarta Transformación, la 4T, Andrés Manuel López Obrador.
Murat, también aspira a la presidencia de México, “auto destapado”, pero antes, a la presidencia nacional del PRI, sin embargo, aun, no tiene nada concreto. Todo parece, que no terminará su periodo de 6 años en el gobierno de Oaxaca como lo había prometido a los oaxaqueños,
Aunque, Murat Hinojosa, no ha sido invitado oficialmente por el presidente de México, para que forme parte de su gabinete, el Ejecutivo del Estado, se da por auto invitado, primero para Secretario de Educación Pública y de repente, para titular de la Comisión Federal de Electricidad.
No hay nada oficial. Son sus propias promociones en medios nacionales de comunicación, que tienen un costo de millones de pesos para la imagen de Murat. Son sueños guajiros, son rumores, son entelequias, son deseos, son fantasías.
según, será el redentor que rescatará la soberanía del CFE, en plena crisis, y más cuando el gobierno de la 4T, acaba de enviar al Congreso de la Unión una iniciativa de reforma a la Ley Eléctrica, que está causando polémica desmedida entre el gobierno, la oposición e inversionistas de empresas privadas nacionales y extranjeras que producen el energético.
Pero no contaban con la astucia de Murat Hinojosa. De cumplirse sus sueños dorados, llegará a poner orden en la CFE en sustitución del actual titular, Manuel Bartlett, quien, a decir, de los muratistas no puede con el paquete, por los apagones, la baja producción de la energía, la entrega de concesiones y contratos a particulares y volver la autonomía de la industria eléctrica al Estado.
Todo está calculado, luego de que Murat Hinojosa, previamente se manifestó partidario de la 4T- y por supuesto, que ahora, está de acuerdo con la iniciativa de la nueva Ley Eléctrica de la corte obradorista, que contraviene a los intereses de los tratados internacionales, cerrará las puertas a las inversiones nacionales y extranjeras.
Además, la iniciativa de ley navega en sentido contrario de las energías limpias, empresas eólicas, ya que, de aprobarse la Ley Eléctrica, la CFE, utilizará sustancias toxicas como combustóleo, carbón o diésel, y por supuesto, que la contaminación elevará el calentamiento atmosférico.
La citada reforma de Ley, viola los tratados internacionales y no se descarta que el gobierno mexicano tenga discrepancias con los presidentes de Estados Unidos de América y el de Canadá, incluso, se podría romper con el Tratado de Libre Comercio entre estos países, porque la Ley Eléctrica violaría el derecho contraído con los inversionistas, además, de que se propicia el calentamiento y contaminación del medio ambiente.
Que hará, Murat Hinojosa, ¿en este caso, además, de no tener el perfil? Al fin son suposiciones y puro maniqueísmo. La esperanza muere al último, pero también, tiene otros proyectos, se va a la grande, como aspirante a la presidencia de México, ya declarado y auto destapado, pero antes, se menciona para la dirigencia del Comité Nacional del PRI.
Oaxaca, está pasando por su peor crisis política, económica y social, principalmente en el aspecto de la salud de los oaxaqueños, en severa crisis, agudizada por el despido masivo de 2 mil 500 trabajadores eventuales de la salud, sin techo financiero para 5 mil médicos, enfermeras, técnicos y de confianza.
Un déficit en salud de mil 600 millones de pesos anualmente, una deuda de los cinco mil millones de pesos del gobierno estatal al ISSSTE y al SAT por concepto de las cotizaciones de los trabajadores, cuyas cuotas ya se les descontó, pero el gobierno no las pagó a dichas instituciones.
El problema de los Servicios de Salud rebasó al gobierno de Murat, por lo que el gobierno federal rescatará a los trabajadores despedidos, que serán absorbidos por el IMSS Bienestar y el Instituto de Salud y Bienestar (INSABI).
En Oaxaca se agravan los problemas de inseguridad y violencia, inestabilidad, fraudes y otra deuda pública general del Estado, de 18 mil millones de pesos, que, a decir, son de administraciones pasadas, pero el actual gobierno no previó dicha situación- y la bomba le estalló en las manos.
Sin embargo, la LXIV Legislatura del Estado de Oaxaca le autorizó al Gobierno Estatal en funciones la contratación de una deuda más, de los 3 mil 500 millones de pesos para obras y servicios sociales, que no se han visto- y que ahora reclama la bancada de los diputados morenistas, que son mayoría en el Congreso
Así, Murat, anda en las grandes ligas de la política, y por supuesto, se auto destapó como aspirante a la presidencia de México para el año 2024, presuntamente por la coalición PRI, PAN y PRD, o bien, por PRI- MORENA (PRIMOR) de acuerdo a las circunstancias políticas.
Y todo esto, mantiene a los oaxaqueños a la expectativa, en la confusión, en pleno proceso electoral, que se inició en septiembre del 2021, rumbo a la elección del nuevo gobernador, sin embargo, el tren está descarrilado.
Sin descartar que el próximo mandatario oaxaqueño será para MORENA, no hay otra, mientras Oaxaca, está a la deriva, sin solución a los problemas y demandas sociales, que acumulan el rezago histórico, emanado de la pobreza y la marginación.
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