Carlos CASTELLANOS ALCAZAR
A diferencia de las obras faraónicas impulsadas por el actual presidente de México- que se han inaugurado recientemente en otras entidades del país con premura y con fines electorales, en Oaxaca, prometió desde su campaña electoral terminar las autopistas Oaxaca Puerto Escondido y Oaxaca, Istmo de Tehuantepec.
Solo fueron promesas y una burla para los oaxaqueños, que anhelan la terminación de dichas carreteras, pero no, pues el presidente, por tratarse de obras federales, dijo al inicio de su gobierno, que los oaxaqueños verían sus sueños coronados, sin embargo, le queda menos de un año en el poder, y no han sido concluidas, pues- es difícil que se inauguren a mediados del año 2024 como lo ha vuelto a prometer.
Son promesas tras promesas pese a que el presidente dice que le tiene mucho amor a Oaxaca, pero no es así, y si bien- las autopistas se iniciaron hace 18 años- siendo presidente de México, Ernesto Zedillo y el entonces gobernador de Oaxaca, José Murat Casab, hasta la fecha no se han concluido.
El jefe del Palacio Nacional prometió terminar dichas obras, primero, dijo que serían inauguradas por más tardar en 2021, luego en noviembre del año 2022 para que fueran inauguradas por el ex gobernador Alejandro Murar Hinojosa, hijo de José Murat, pero no, luego, que para el 2023 y ahora, para 2024, pero nadie le cree, si el presente año es de elecciones para elegir al nuevo presidente, senadores, diputados, gobernadores y autoridades municipales.
Mientras los gobernadores de Oaxaca, el ex gobernador priista, Alejandro Murat y el actual Salomón Jara Cruz (MORENA)- hacen caravana con sombrero ajeno, pues estas obras son sus banderas políticas para fines electorales.
Es lógico, las carreteras se tratan de obras iniciadas por gobiernos priistas del viejo sistema neoliberal, de lo que- el presidente de la Cuarta Transformación, la 4T, no quiere saber nada, por lo que les da prioridad a sus obras faraónicas del actual sexenio, inauguradas a marchas forzadas sin proyectos de factibilidad- ni planes de productividad.
Una de estas obras es el Corredor Transístmico- por lo que hace algunos días inauguró el tren que unirá los océanos el Atlántico con el Pacífico- de Salina Cruz a Coatzacoalcos Veracruz- una obra ferroviaria inconclusa y con riesgos de inseguridad con un presupuesto muy elevado, que nadie sabe a ciencia cierta, además deja graves problemas sociales y sin tomar en cuenta a los indígenas- dueños de la tierra- amparados para reclamar sus derechos.
Asimismo, la refinería Dos Bocas de Villa Hermosa, Tabasco- fue inaugurada sin concluirla- hasta hoy elefante blanco sin producción alguna- y lo mismo sucede con el aeropuerto “Felipe Ángeles”, ubicado en el Estado de México, improductivo por la falta de accesos y medios de comunicación.
Obras con costos muy elevados, y con gran opacidad, pero tienen el sello de la Cuarta Transformación- consideradas como de seguridad pública- y nadie tiene derecho a pedir cuentas sobre los presupuestos, ni el gobierno está dispuesto a transparentar los recursos a través del Instituto Nacional de Transparencia y Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI) – sino todo lo contrario- se trata de desaparecer a dicha institución para que nadie sepa de las inversiones
Mientras las carreteras de Oaxaca están paralizadas porque no son de la 4T- y no hay para cuando, sin embargo, son utilizadas como arenga política del Gobierno Federal y los Estatales, como lo hizo el ex gobernador priista, Alejandro Murat y el actual, Salomón Jara Cruz (MORENA), pues se las adjudican como sus obras, pero todo es fanfarria. Son obras federales.
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