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En vísperas de las elecciones del próximo 6 de junio, habitantes del municipio de Taniche, Ejutla, amagaron con impedir la instalación de casillas, si es que el gobierno estatal no resuelve el problema interno del ayuntamiento. Un grupo de ciudadanos inconformes denunciaron de manera anónima que el presidente municipal, Ariel Osvaldo Ramos González, ha provocado a más de un año y cinco meses incertidumbre ante la ineptitud en su gobierno.
Acusan que el edil desde que tomó el cargo público se ha comportado prepotente e incompetente y lejos de resolver los problemas que aquejan a la población se empeoran por su arrogancia y autoritarismo, dejando de lado las necesidades de la ciudadanía en general.
De acuerdo a la denuncia de los pobladores que ya no soportan el acoso de la policía municipal, dijeron que los elementos hacen alarde de sus armas para amedrentar y causar miedo en la comunidad, cuando su trabajo es velar por la integridad de las familias.
Según los denunciantes, el munícipe aparte de quedarse con el famoso diezmo de las obras, se queda con los famosos “moches” de los programas estatales y federales, e incluso ha retirado apoyos a grupos vulnerables como las personas adultas, con discapacidad, niños, madres solteras, entre otros. Asimismo, informaron que se adueña de programas del gobierno estatal y federal que no le corresponde a la presidencia municipal, por lo tanto, hicieron un llamado al gobernador de Oaxaca a tomar cartas en el asunto y resolver este problema que cada día se empeora y puede provocar un enfrentamiento en Taniche, Ejutla.
Enfatizaron que por tantos problemas que aquejan a las familias ejutecas, el pueblo está dividido y esto ha generado un descontento entre la ciudadanía porque aparte de los problemas internos del Cabildo, el edil ha provocado la violencia política de género a sus regidoras y ha impuesto a supuestas regidoras que están usurpando funciones.
Además, aseguraron que pese a que aún existen casos del Covid-19 y que el edil se contagió de este virus, el presidente quiere seguir con las fiestas religiosas porque pide cooperación a la población para quedarse con el dinero.