Mario CASTELLANOS ALCAZAR.
Obrador respetará el dictamen de la Fiscalía. No cubriré a nadie, dice.
Lozoya puede ser absuelto si comprueba sus denuncias.
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, desde su campaña electoral prometió y juró que de llegar a la silla presidencial acabaría de fondo con la corrupción de los gobiernos neoliberales: PRI-PAN, esto fue antes del uno de julio del año 2018.
Ya en la presidencia de México, luego de haber ganado la elección con 30 millones de votos, desde el uno de diciembre del año 2018, fecha en que tomó el poder. Hasta ahí, la caída del PRI- Gobierno, empieza a gobernar un presidente con tendencia socialista- Obrador, empezó a urdir sus mecanismos y estrategias para cumplir su compromiso: el combate de la corrupción.
Luego, a un año y nueve meses de su gobierno, empezó la pesadilla de los gobiernos corruptos, sobre todo, los dos últimos presidentes: Felipe Calderón Hinojosa, del PAN y Enrique Peña Nieto del PRI, hasta hoy, pasando los peores momentos de su vida política terminal, presuntamente acusados de grandes fraudes, corrupción, asociación delictuosa, operaciones ilícitas y lavado de dinero.
La primera funcionaria de alto nivel, enjuiciada y hasta hoy confinada en un reclusorio de alta seguridad, es Rosario Robles Berlanga, ex Secretaria de Desarrollo Social (SEDESOL) y de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (SEDATU) por lo de la estafa maestra, que engloba un fraude de 5 mil millones de pesos, pero luego, sobrevino la aprehensión del segundo pez gordo, el Ex Secretario de Petróleos Mexicanos (PEMEX), Emilio Lozoya Austin a quien se le acusa de un fraude de 10,5 millones de dólares en sobornos que otorgó al gobierno mexicano la empresa constructora, brasileña, Odebrecht, entre otros, en agravio de las arcas nacionales.
Ambos funcionarios se desempeñaron en el gabinete del ex presidente de México, Enrique Peña Nieto (PRI) en su periodo 2012 – 2018. En consecuencia, Emilio Lozoya, fue detenido y encarcelado en Málaga, España, de donde fue extraditado a solicitud del gobierno mexicano para ser juzgado en territorio nacional; así, fue, se le dio la prerrogativa de ser testigo colaborador o protegido con el fin, que abriera la boca para denunciar a sus superiores de la implicación en los delitos que se le imputan: lavado de dinero, asociación delictuosa, cohecho y operaciones con recursos ilícitos.
Y así, fue, Lozoya no pisó la cárcel, a cambio, en sus primeras declaraciones, ya “soltó la lengua”. A los primeros que denunció fue al ex presidente de México, quien fue su jefe, Enrique Peña Nieto(PRI) y al que fuera Secretario de Hacienda y Crédito Público, Luis Videgaray Caso, del mismo gabinete peñista, de estar hasta el tope, metidos en los actos de corrupción. Estos fueron los autores intelectuales, y a decir, de Lozoya, solo fue el “autor Material” de los delitos que se le imputan. Solo recibía órdenes de sus superiores.
Es decir, Peña Nieto y Videgaray “mataron la vaca” y Lozoya “le garró las patas”. Lo cierto es, que Lozoya declaró ante la Fiscalía General de la República (FGR), que Peña y Videgaray le ordenaron la distribución de los sobornos de Odebrecht, de la siguiente manera: 500 millones de pesos para el pago de expertos extranjeros que asesoraron la campaña electoral de Peña Nieto, en el año 2012 y ya, siendo presidente destinó parte de los recursos para empujar las reformas estructurales, dentro de estas, la energética.
Entre estos conceptos, fueron 100 millones de pesos para la campaña presidencial de Peña Nieto, 120 millones de pesos para un diputado y cinco senadores del PRI, PAN y PRD, entre los partidos satélites, cuyos nombres fueron reservados, esto, para que aprobaran en el Senado y Cámara de Diputados las reformas estructurales del entonces presidente, Enrique Peña Nieto.,
Es mucho dinero, esto es solo una parte, pero hay más desfalcos, muchos más, en la administración de Peña Nieto, de lo que se encargará la Fiscalía General de la República, que por el hecho de la denuncia, los implicados, es decir, Peña Nieto y Luis Videgaray, deben comparecer ante la justicia para declarar- y en el caso que Emilio Lozoya compruebe lo de denunciado, que según, así será, pue para ello, entregó a la justicia un video de pruebas, recibos y 4 testigos, lo que implica que los involucrados serán encarcelados para pagar su condena por los abusos en su gobierno.
Y, por si fuera poco, Lozoya, involucró al ex presidente Felipe Calderón Hinojosa (PAN), quien gobernó en el periodo 2006- 2012, por haber traficado con la autorización de la planta de etileno XXI, Petroquímica, a una filial de Odebrecht, a la que dio muchas prerrogativas de ley, así como beneficios económicos, asociada con una empresa mexicana, Idesa, en Coatzacoalcos, Veracruz, lo que causó pérdidas multimillonarias.
Cierto es, que se trata una gama de corrupción, que tiene a los mexicanos a la expectativa, cuya demanda es acabar con los fraudes- y por supuesto mandar a prisión a los que resulten responsables, bien puede ser Peña Nieto, Videgaray o Felipe Calderón, entre otros, porque son muchos, incluyendo a diputados y senadores, que recibieron los sobornos de Odebrecht, porque, si no se hace justicia y no, se sienta un precedente, Orador va para abajo, perderá credibilidad y esto, repercutirá en el proceso electoral del año 2021, que es para elegir a 15 gobernadores, diputados y presidentes municipales a nivel nacional.
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