Mario CASTELLANOS ALCAZAR.
Bien, la LXIV Legislatura del Estado, podría proceder a la desaparición de poderes en el municipio de Oaxaca de Juárez, luego de que el presidente municipal, Oswaldo García Jarquín (MORENA), brilla por su ausencia. Abandonó sus funciones- y por supuesto, permea la ingobernabilidad.
Sería el segundo muratazo. En el año 2001, el exgobernador de Oaxaca, José Murat Casab (PRI), a través del Congreso del Estado, revocó el mandato del entonces presidente municipal del municipio de Oaxaca de Juárez, Alberto Rodríguez González (PAN) por diferencias políticas.
Por supuesto, que ahora, el actual gobernador de Oaxaca, Alejandro Murat Hinojosa (PRI), no haría lo mismo con el presidente municipal vigente, Oswaldo García Jarquín (MORENA), porque está sentado a la diestra del presidente de la Cuarta Transformación de México, la 4T, Andrés Manuel López Obrador.
Además, porque Murat entregará la gubernatura a quien sea el candidato de MORENA, en la elección del 5 de junio del año 2022. Ya está apalabrado con Obrador- y no le puede morder la mano al gobierno de la 4T(MORENA). De hacerlo, el Ejecutivo del Estado cavaría su tumba política.
En tanto, los problemas, rezagos y demandas se multiplican en la capital oaxaqueña, esto, porque la administración pública municipal está paralizada, no hay servicio ni trámites administrativos de las colonias y agencias, que carecen de los servicios públicos.
Por supuesto que hay un vacío de poder. El presidente, García Jarquín y su cabildo, no responden a sus cometidos. Hay total desarticulación en las actividades de cada uno de los concejales: regidores y síndicos, así, como funcionarios municipales.
Los hechos se complican porque la autoridad municipal, ha abandonado sus funciones, así, el palacio municipal está cerrado indefinidamente. los servicios públicos municipales están paralizados- y nadie sabe, que hace el edil. García Jarquín y su cabildo.
Esto sucede a solo tres meses para que culmine la administración municipal- 2019- 2021- el munícipe ha tirado la toalla, lo que podría dar lugar a la inminente desaparición de los poderes municipales en el municipio de Oaxaca de Juárez, la capital oaxaqueña. Lástima, su mandato termina el 31 de diciembre del 2021. Lo salvó la campana.
El munícipe, ya rompió con las ordenanzas municipales, con los derechos y principios democráticos, con la Ley Orgánica, con el cumplimiento de sus derechos y obligaciones, es decir, perdió todo principio de autoridad- y dejó a sus gobernados, batidos en sus graves problemas, ante la falta de autoridad.
El problema es económico, se vislumbra un desfalco financiero y presuntos fraudes millonarios, la falta de obras e inversiones, así, como servicios públicos, lo relacionado al sistema de limpia de la capital, al grado que el municipio no tiene ni para gasolina para los camiones recolectores de la basura.
Esto, ha dado lugar a que la ciudad capital, el centro histórico, las calles, centros comerciales y espacios turísticos estén llenos de basura, debido a que el servicio de limpia está paralizado. No hay combustible- y para colmo, el basurero está bloqueado.
El mismo palacio municipal ubicado en la Plaza de la Danza, lugar histórico, está cerrado, al decir, porque hay brotes del COVID-19-, pero no, la situación es política, la pérdida de control y el vacío de poder.
Los locatarios de los mercados de la ciudad, principalmente el “Benito Juárez” clausuraron la puerta del palacio del gobierno municipal -y a su alrededor dejaron toneladas de basura como protesta al vacío de autoridad, originado por Oswaldo García Jarquín.
Los locatarios de los mercados, negocios establecidos, ciudadanos y organizaciones sociales han iniciado una serie de manifestaciones para exigir el desalojo de miles de vendedores ambulantes que se han establecido en las calles aledañas al centro de la ciudad capital, luego, de que la autoridad municipal los retiró del zócalo y Alameda de León.
La ciudad es un desorden, no tiene pies ni cabeza, hay inseguridad, violencia, falta de alumbrado público en zonas estratégicas, robos y asaltos a la orden del día. Todo es ingobernabilidad.
Las calles céntricas y la periferia están llenas de baches, que a diario causan destrozos y fallas mecánicas a los automóviles. Ya hay demandas y juicios penales para que la autoridad municipal paguen los daños a los automovilistas.
Para colmo, los sindicatos de los trabajadores del municipio capitalino, están en protesta, bloqueando las calles. Los pensionados y jubilados exigen el pago de 10 millones 510 mil pesos, cuyas aportaciones, no ha hecho la autoridad municipal, al fondo de pensiones, lo que deriva en la falta de pago a estos trabajadores.
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