Mario CASTELLANOS ALCAZAR.
La impunidad de los normalistas- futuros maestros- luego de haber levantado sus movilizaciones de protesta que terminaron con la toma del aeropuerto “Benito Juárez” de la ciudad de Oaxaca, está causando denuncias de los sectores de la población afectada.
Por supuesto, que el clamor de la sociedad – y más que todo los terceros afectados en su economía, ante los daños causados al comercio, a las actividades cotidianas, a la salud, al trabajo, al turismo, entre otros sectores, es sin duda la aplicación de la justicia, pue esta acción, no debe quedar impune, ni el gobierno debe ser tan flácido para castigar conforme a la ley a los infractores.
No fue una manifestación aislada ni ocasional. Fue toda una estrategia planeada, incluso para provocar al gobierno, para que este, cayera en el uso de la fuerza policiaca, que no tuvo lugar, pero tampoco se debe aplaudir a los normalistas que bloquearon y tomaron por cuatro días el aeropuerto de la capital oaxaqueña, suspendiendo 80 vuelos a la capital del país y destinos turísticos.
Fue un caos, lo que afectó a la economía estatal y nacional con las manifestaciones de los normalistas, con bloqueos, toma de autobuses del transporte urbano, el robo de los cheques de los maestros en servicio, en la
Pagaduría, por la cantidad de 7 millones de pesos, asalto y robo a los camiones de mercancías, destrozos de mobiliario en las oficinas del Instituto de Educación Pública y demás desmanes, que cometieron por tres semanas.
Golpearon y robaron sus equipos de trabajo a una decena de reporteros, foto reporteros y fotógrafos (cámaras, videos y celulares), por lo cual, los comunicadores interpusieron una demanda penal ante la Fiscalía General de Justicia del Gobierno del Estado, pero se presume que habrá impunidad porque el gobierno firmó una minuta, que no habrá acción penal alguna en contra de los normalistas.
Ante esta situación el mismo gobernador de Oaxaca, Alejandro Murat Hinojosa manifestó “que no se utilizaría la fuerza policiaca para desalojar y reprimir a los normalistas- y que su gobierno le apuesta al diálogo, y a la concertación para la solución de los problemas y demandas de los normalistas”.
Pudo haber sido una buena opción y estrategia del mandatario oaxaqueño para no caer en la provocación de los estudiantes de las once normales que funcionan en la entidad oaxaqueña con la finalidad de soslayar la violencia en pleno proceso electoral y campañas de los candidatos a diputados federales, locales y 153 autoridades municipales.
No se descarta que los normalistas provocaron a la sociedad y al gobierno por consigna de los opositores del sistema político y de la Sección 22 del Sindicato de Maestros, que aglutina a la disidencia de la Coordinadora Nacional de los Trabajadores de la Educación, la CNTE, con el fin de reactivar las movilizaciones y desde luego, hacerse las víctimas en defensa de los normalistas.
Motivo por lo cual el gobierno le apostó al diálogo, pero los daños fueron cuantiosos. Se suspendieron 80 vuelos por la toma del aeropuerto, se afectaron a cinco mil pasajeros, los efectos económicos se reflejaron en el sector turístico, el sector hotelero tuvo pérdidas por 12 millones de pesos, la toma de autobuses tiene un alto costo para las empresas camioneras, los daños al comercio y otras actividades, los robos de las mercancías a los camiones asaltados suman millones de pesos, pero de eso no se dice nada.
Lo que sí, el gobierno, a través del Director del Instituto Estatal de Educación Pública (IEEPO), Francisco Ángel Villarreal, concedió todo lo demandado por los normalitas. Esto ya no fue una negociación concertada, fue una orden de los normalistas, más bien, es el precio para levantar sus manifestaciones de protesta.
Lo concedido: plazas automáticas a los egresados de las Normales, la convocatoria para los alumnos de nuevo ingreso tiene que ser lanzada por el gobierno previa autorización de los normalistas. El gobierno respetará los planes y programas alternos de estudio, que impongan los futuros maestros, no habrá malla curricular, pero, además, quedarán impunes todos los delitos del fuero común y federal que cometieron.
Se firmó la minuta de acuerdos de la solución a sus demandas, pero eso sí, no se tocará a ningún normalista por los actos de violencia y daños, ni siquiera por la toma del aeropuerto de la ciudad capital y demás agravios. No habrá acción penal, pues no ha pasado nada.
No se les tocará un solo pelo, todo quedará impune.
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