Mario CASTELLANOS ALCAZAR.
La libertad condicional del exdirector de Petróleos Mexicanos (PEMEX), Emilio Lozoya Austin, marca una nueva modalidad en el Sistema Penal Acusatorio, en procuración de la justicia mexicana, no obstante que refleja la dualidad en lo jurídico y lo político, que, por supuesto, es inherente al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.
Se atenta contra la democracia de México, porque hasta en la impartición de la justicia no se actúa con libertad y apego a derecho, al maniatar lo jurídico- legal con lo político- y, en consecuencia, siempre habrá un desequilibrio en la formación y cumplimiento en la procuración de la equidad y la seguridad nacional.
No se escapa el actual gobierno federal de procedencia izquierdista- socialista, en los claroscuros, en la impartición de la justicia; en el caso de Lozoya, tiene una mezcla política electoral, por encima de lo jurídico- legal- y tal parece, que el código penal se adapta a los criterios y circunstancias políticas, porque no es pareja, es decir, a unos se les aplicará, el sistema de caprichos y a otros con el privilegio de gozar de la nueva modalidad, en el caso de Lozoya, a quien se trató y seguirá tratando como rey.
A unos, sí, y a otros, no se les aplicará el criterio del sistema oral en la impartición de la justicia, referente a lo denominado: testigo colaborador o protegido y con el privilegio de oportunidad, tal es el caso de Emilio Lozoya Austin, acusado de lavado de dinero, asociación delictuosa, cohecho y operaciones con recursos ilícitos en la compra de Agro nitrogenados, el soborno de la empresa brasileña, Odebrecht y el los sobornos a políticos, funcionarios, legisladores y ahora gobernadores, que recibieron cañonazos de dinero para aprobar las reformas estructurales, entre esta, la Energética para entregar a Pemex a petroleras extranjeras. Por ejemplo, el ex candidato presidencial del PAN, Ricardo Anaya, fue denunciado de recibir 6.8 millones de pesos, siendo legislador para el voto de los panistas a dichas iniciativas de Peña Nieto.
Como consecuencia, viene a colación el caso de Rosario Robles Berlanga, ex titular de la Secretaría de Desarrollo Social (SEDESOL) y de Desarrollo Agrícola, Territorial y Urbano (SEDATU), quien esta presa por el delito de la Estafa Maestra, que acumula un fraude de más de cinco mil millones de pesos, a quien, sí se le dio prisión preventiva, hasta hoy, un caso rezagado, sí es un caso similar al de Lozoya.
El gobierno obradorista pudo darle el mismo tratamiento, de testigo colaborador o protegido, a la vez con el criterio de oportunidad para quedar en libertad condicional, al igual que Lozoya, pero no, porque en esta mujer, que no pudo actuar sola, en la red de corrupción que se le imputa, pues ella misma, ha manifestado que de esto, tenía conocimiento el entonces presidente de México, Enrique Peña Nieto y por supuesto el Secretario de Hacienda y Crédito Público de la administración peñanietista, José Antonio Meade, porque incluso, la citada funcionaria fue sorprendida por sus mismos colaboradores que empezaron a repartir contratos a universidades y a empresas fantasmas, sin embargo, se le cargó el “muertito” a ella, también cómplice.
Sin embargo, todo, ya se hizo un amasijo, lo que más bien, es un amarre político al estilo gobierno PRI, nada más que ahora en MORENA, tal como ya se venía especulando, Emilio Lozoya, luego de haber sido extraditado de España, donde fue detenido en 12 de febrero del presente año, a llegar al país mexicano para ser juzgado, no piso la cárcel, porque de inmediato fue trasladado al Hospital los Ángeles del Pedregal, por anemia aguda y males en el esófago, finalmente operado por una hernia.
Resulta, que 15 días después, el pasado fin de semana, quedó en libertad condicional, por lo que seguirá su proceso en libertad, para lo cual se le acomodó un brazalete electrónico y entregó su pasaporte y visas para que no escape nuevamente, sin embargo, puede ser absuelto, de comprobar todos sus señalamientos en contra de altos funcionarios y del mismo ex presidente Enrique Peña Nieto, quienes podrían ser llamados a declarar y en su caso, ser encarcelados, que sería lo más conveniente, de lo contrario, el presidente de la Cuarta Trasformación, Obrador, caería como la espuma, así, como se levantó, al proclamarse como el combatiente de la corrupción.
Mientras, esto sucede, en México, existe una gran expectación en los corredores políticos y financieros, pues bien es cierto, uno de los temas que el presidente de México, Orador y el de Estados Unidos de América, Donald Trump, en su reciente encuentro en Washington, fue eso, el combate a la corrupción, sobre todo en el territorio mexicano, para la buena operación del Tratado Comercial: México, Estados Unidos y Canadá, T- MEC, toda vez, que se requiere recobrar la confianza para el buen desempeño de las inversiones entre los países firmantes del nuevo convenio comercial,
Incluso, el gobierno estadunidense, Trump, de inmediato cambió su política con los mexicanos, a los que antes había ofendido, con calificativos peyorativos- y de flojos, criminales, viciosos y violadores, no los bajaba, sin embargo, ahora, que este presidente anda en plena campaña para su reelección, en noviembre próximo del presente año, ahora, los migrantes mexicanos- 14 millones- son una dulzura, un tesoro, un todo- y un milagro para el vecino país del norte, claro, porque el voto de los mexicanos avecindados en aquel país, es definitivo para su triunfo electoral.
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