Mario CASTELLANOS ALCAZAR
Después de la Guelaguetza oaxaqueña de los Lunes del Cerro del 2022, que fue una maravillosa fiesta étnica cultural, apreciada por propios y extraños, viene la guerra electoral en esta entidad, la lucha por el poder, la transición y el cambio del gobierno- del PRI a MORENA.
Por supuesto que, al gobernador de Oaxaca, Alejandro Murat Hinojosa, de algo le sirvió la presentación de la Guelaguetza para promocionarse como aspirante del PRI a la presidencia de México en medio de una gran rebatinga y corrupción del tricolor a nivel nacional, por lo que hay expectación en el electorado mexicano y particularmente oaxaqueño.
Por tanto, ya pasó la alegría del folklore oaxaqueño y Murat se dedicará de lleno a su intento de lograr la candidatura del PRI- nacional rumbo a la presidencia de México, por cierto, en malos tiempos cuando este partido está en su peor crisis, de manera que no se entiende que es lo que quiere el gobernador de Oaxaca en funciones hasta el 30 de noviembre del 2022.
Por cierto, el gobierno de los oaxaqueños, desde el inicio del presente año tiene su mira en su futuro político; se promociona en medios nacionales, impresos, televisión o redes sociales con un alto costo económico, pues hasta cierto punto ya está siendo cuestionado porque se presume que hace campaña con recursos del erario estatal. Ojalá que no.
En resumen, la celebración de la Guelaguetza no deja de ser un trampolín político, más ahora, como nunca, que se aproxima la elección federal del 2024 para elegir al presidente de México, 128 senadores, 500 diputados federales, 9 gubernaturas, los congresos estatales y autoridades municipales.
En Oaxaca, la guerra política electoral será mayor, por los ánimos caldeados del Murat Hinojosa, por llegar a la presidencia de México- y a la vez, por la transición del gobierno estatal del PRI a MORENA.
Luego de la derrota electoral del PRI, en la elección del gobernador, el 5 de junio del 2022, el triunfo fue para Salomón Jara Cruz de MORENA, quien tomará posesión el uno de diciembre del 2022, por lo que ya existe una gran efervescencia que, de llegar a su clímax, no se descartan las confrontaciones entre las tribus, los grupos antagónicos y quienes aspiran a ocupar un puesto administrativo o político en el gabinete estatal.
Al respecto se fragua un silenció tenso con indicadores diversos, pues de verdad, el gobernador electo está muy sigiloso en cuanto a su equipo de transición, por lo que aún no hay señales precisas de quienes serán sus colaboradores en su gabinete, pues según, él, serán los mejores elementos- hombres y mujeres profesionales y amplia experiencia en la administración pública, pero estos no se ven, ni con lupa.
Ya se campanean, los eternos ambiciosos del poder, los que no pueden vivir sin la ubre del gobierno. Ahí están, la familia Robles Montoya, puestos para incorporar al gabinete a toda su parentela, los López Jarquín, los Nelio, los Sosa Villavicencio, Daniel Gurrión Matías del PRI- Verde Ecologista, Eva Diego, diputada del Verde, los ulicistas, los gabinistas, el senador del PRI- Verde, Raúl Bolaños Cacho Cué y una desbandada de priistas, perredistas y panistas que se sumaron a la campaña de MORENA.
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