Hay países donde los perros viven mejor que los seres humanos. Países en que a los animales se les otorgan más derechos que a los inmigrantes sin papeles. Países donde hay más perros que niños. Países donde se venden más pañales para personas mayores que para niños… También son países en donde a las abuelitas y abuelitos se les mete en residencias para ancianos, residencias donde el sistema los condena a morir en la más brutal soledad… esto tiene que cambiar.
Despertar la conciencia sobre la necesidad de un cambio en la forma de gestionar la vida, la convivencia en el planeta tierra, parece una meta inalcanzable pero es una misión posible.
Casi un millón de muertos y millones de personas contagiadas, son las consecuencias más evidentes de la pandemia llamada COVID-19, siendo los más pobres los que sufren las peores consecuencias de la falta de políticas de prevención y atención eficaz. Los pobres somos los desechables del sistema.
Es el resultado de la crisis del sistema capitalista y, por tanto, de la falta de cuidado de nuestro planeta, de la biodiversidad, pero sobre todo, de los seres humanos.
El permanente y sistemático adelgazamiento del sistema educativo, de la convivencia comunitaria y del sistema de salud ha costado vidas valiosas y ha degradado nuestra calidad de vida, negándonos el derecho a la salud, a la educación, al trabajo, en suma: el derecho a ser felices.
Si el fin de la vida es ser felices, el fin de la educación debe ser la plena realización. Que la tribu que somos todos, logre que las nuevas generaciones sean felices ahora y que sean mejores que nosotros, mejores que nosotros.
A nosotros no nos atrapó la caja idiota y la experiencia nos dice que en entornos con grupos reducidos se aprende y enseña mejor, que es posible guardar las distancias de seguridad ante los posibles contagios y que se pueden implementar mecanismos de prevención de todo tipo de enfermedades y no solamente de COVID-19.
El programa “Aprende en casa II”, no está diseñado para que los profesores y los alumnos aprovechen lo mejor y de la mejor manera las Tecnologías de la Información y la Comunicación, TIC, sino para seguir apuntalando el imperio económico de las empresas participantes.
Las mexicanas y mexicanos exigimos una verdadera educación, no queremos políticas educativas que apunten solamente a la dependencia y a una falsa alfabetización, políticas que han dado como resultado que millones de mexicanos no sepan ni siquiera leer y escribir, bien. Se necesita entender, comprender, discernir sobre lo que se lee y ser capaces de defender, con argumentos, lo que escribimos
Es necesario insistir: los tres niveles de gobierno, los tres poderes de la Unión, se deben avocar a la tarea de brindar atención inmediata e implementar políticas tendientes a resolver esta emergencia, ya que, por una política de desmantelamiento del Sistema de Salud, por una política de persecución y satanización de la disidencia magisterial y popular, tendiente a la privatización del Sistema Educativo se ha dejado en la indefensión al pueblo de México.
Alejandro Murat Hinojosa, lejos de salir a defender el Plan para la Transformación de la Educación de Oaxaca, PTEO, como proyecto educativo de las y los oaxaqueños, guarda un ominoso silencio; la Defensoría de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca debería estar defendiendo el derecho a una educación efectiva y de calidad pero, ambas instituciones: Gubernatura y Defensoría, son cómplices en el atraco y fraude a las y los Oaxaqueños. Tienen en juego presupuesto y proyectos políticos muy personales.
Hemos conocido el Movimiento Magisterial y Popular Oaxaqueño como estudiantes, como presos y perseguidos políticos, como activistas, como defensoras y defensores de Derechos Humanos.
Hemos estado antes y después del Movimiento Popular y Magisterial del 2006 en las asambleas, en las marchas, en los plantones, en las mesas de diálogo con Gobernación, en las barricadas, en los enfrentamientos con la policía, con los paramilitares, en enfrentamientos con los políticos o con los falsos líderes.
Maestras y maestros, pueblo de Oaxaca y de México:
No permitamos que, lo ganado en las largas luchas de liberación, lo que hemos conseguido palmo a palmo con el dolor y la sangre de los mejores hombres y mujeres de Oaxaca, de México; nos lo arrebaten ahora.
Por una educación pública, gratuita, de calidad y con calidez humana, las políticas neoliberales:
¡No pasarán!
Desde un rincón del exilio.
Juan Sosa Maldonado
Defensor de Derechos Humanos